martes, 4 de septiembre de 2012

Seth MacFarlane -o El país de la imaginación, en el que los eructos son pedos y los pedos son eructos-


Después de ver Ted en el cine de verano, quiero hablar sobre Seth MacFarlane, y dedicarle este humilde post a uno de los tipos que más me han hecho reir en la vida, creador de comedias gamberras, maestro del flash back y genio del humor absurdo.



Peter y yo

Todo comenzó con Family Guy aka Padre de Familia. Habrá quien lo califique de copia de Los Simpson, habrá quien lo tache de vulgar y habrá quien se sienta herido por sus comentarios. Voy a hacer una declaración de principios.Vamos por partes.

Primero: Padre de Familia no copia a Los Simpsom. Directamente les roba sus mejores gags -o argumentos- y les da otra vuelta de tuerca, surrealista absurda y transgresora. Diferente. (Y hago notar que Los Simpson, serie 10 en sus primeras temporadas, ha intentado tomar este rumbo en las últimas y creo que se ha equivocado de camino). Se trata solo de robos puntuales. A MacFarlane y a su equipo les sobran historias propias.

Segundo: Si, es obvio. Es vulgar, soez y desagradable. Una vulgaridad envenenada de ironía -de la mejor- y que, en ese contexto irónico, utiliza el exceso y lo grotesco (pedos, sexo, caca, más sexo, fluídos de todo tipo, deformaciones del cuerpo, imperfección física, más pedos y algún que otro eructo) para crear comedia cada dos minutos.



Y tercero, claro que hiere en sus comentarios, claro que ataca directamente a minorías étnicas, religiosas, niños, mujeres, marginados sociales, gordos, minorías sexuales, guapos y guapas, ricos, pobres, adolescentes, enfermos, anoréxicas, drogadictos o ancianos...pero nada de esto importa cuando su primera víctima es el americano medio representado por Peter Griffin, un tipo gordo, vago, ligeramente retrasado (o Petrasado) y con la risa más contagiosa del mundo. MacFarlane y su equipo diseccionan y tienen para todo el mundo. No seáis más tercos que una mula de Texas.

Dicho esto, en esta parodia de la sociedad americana -aplicable con ligeras variaciones a cualquier otra sociedad occidental- brillan, además de la sátira ácida y unos personajes muy bien pefilados, las refencias constantes a Star Wars, Indiana Jones  o incluso Woody Allen. ¿Mi capítulo favorito?, El estrangulador de gordos. Un clásico.Y  Blue Harvest claro, el especial de Star Wars... La victoria será mía!


Y entonces llegó la CIA

Tras Family Guy llegaba American Dad, un esquema idéntico al de Family Guy, con personajes con caracteres muy diferentes. Y si Peter Griffin hubiera sido un obseso del trabajo del que depende la seguridad nacional de los Estates? Y si Brian fuera un extraterrestre alcohólico con personalidad narcisista? Bueno, pues eso. Tras los prejuicios iniciales de copia, me enganché con estos nuevos personajes, y el amor verdadero con los Smith surgió  finalmente con Stan de Arabia, un capítulo -dos de hecho, porque es de los de to be continued- que recomiendo a cualquiera que sienta curiosidad por la serie. (Su nombre es impronunciable, así que la llamaremos Thundercat)

 
Un oso amoroso

Después de un spin off de Family Guy con Cleveland como protagonista -pero por qué no Quagmire??- titulado Cleveland Show, y bastante más flojo que sus dos trabajos anteriores, este año presentaba su primer largometraje, Ted. Esta comedia parodia el típico milagro de Navidad: niño pide deseo de amigo para siempre- peluche cobra vida y se vuelve compañero inseparable. Sólo que, por resumir la diferencia en pocas palabras, cuando el padre del pequeño John -Mark Walhberg- oye hablar a Ted de buenas a primeras, lo primero que hace es buscar su pistola y que, con los años, Ted se convierte en una especie de treintañero, ex famoso, putero y fumeta. Una premisa genial!

Ted habla del peterpaneo de los treintañeros de la generación de su director y, aunque tópica a veces y con una estructura un tanto desorganizada, consigue la parodia y las risas del espectador. Cualquier fan de Family Guy encontrará guiños a la serie, como esa pelea Ted-John, revival de las de Peter con el pollo gigante -su archienemigo natural- o  referenias a Indiana Jones -ese momento de Ted recuperando su oreja...Love it!!- Star Wars y, obviamente a Flash Gordon. El uso de los flash back se acerca al que hace en Padre de Familia y le saca bastante partido a este recurso.

Como ha comentado la crítica casi con unanimidad, es cierto que es bastante más tiernecita que Family Guy o American Dad y, en general, mucho más convencional de lo que esperaban. Y sobre todo, se notan serias carencias en el doblaje, más de traducción de los gags que por los actores -En el cine de verano no hay V.O, me hago el harakiri de antemano-. De todas formas, una comedia gamberra más que disfrutable, y con un guión bastante divertido.


Un tipo majo ese MacFarlane...


martes, 21 de agosto de 2012

Calle Mayor - O una de las obras claves de Juan Antonio Bardem-

Por trabajo voy a empezar una serie de post sobre cine español, más bien clásico, aunque habrá de todo. Tengo que hacer una especie de repaso-retrospectiva mental así que, aquí os lo dejo.

Tenía ganas de ver un clásico y me encontré con Calle Mayor, una de las obras clave de Juan Antonio Bardem -junto con La muerte de un ciclista-, que se estrenaba en 1956 en la misma España costumbrista que retrata.


Calle Mayor cuenta la historia de una ciudad de provincias cualquiera y retrata los mecanismos sociales -más oprimentes que cualquier ley escrita-  en torno a los que se construye esa sociedad; los roles y los tiempos pautados para cada cosa, de los que depende la consideración de cada individuo por parte del resto.

En este ambiente, un grupo de mozos -mozos viejos y mozos jóvenes, que dirían en mi pueblo- que disfruta gastando bromas pesadas a todo el  "diferente", deciden gastarle una a Isabel (Betsy Blair), una mujer soltera entrada en la treintena -pecado imperdonable para la época, y que legitima socialmente cualquier burla o desprecio hacia ella-. La idea consiste en hacerla creer que Juan (José Suárez), un empleado de banco "forastero" se ha enamorado de ella y -por fin- le pide matrimonio.


Isabel, una mujer tímida pero confiada -y en la que se vislumbran algunos sueños fuera de los convencionalismos establecidos-  se ilusiona con la relación, en paralelo a la tortura psicológica que los remordimientos le causan a Juan. En una sociedad opresiva y hermética, esta broma alcanzará dimensiones de tragedia, para la engañada y para el que engaña.

Bardem consigue asfixiar psicologicamente al espectador, que atisba ya desde el principio un final tremendamente desolador. El papel de la mujer en la sociedad, queda friamente reflejado a través de las palabras de Tonia (Dora Doll), solo podemos esperar. La mujer como accesorio del hombre, sin capacidad de decisión ni valor como ser en sí mismo.


Por poner una "pega" a la película, quizás a veces haya explicaciones demasiado explícitas del dramatismo o falte un poco de espontaneidad en los diálogos. Pero son asuntos menores en una película enorme.

SPOILER

El final de la película, con un referente a Casablanca aunque con desenlace desesperanzador, hace saltar al espectador en el sofá, que desea con todas sus fuerzas que elija vivir y suba a ese tren en el que se va su oprtunidad de cortar con lo impuesto. Pero no. Después de toda la trama, ella misma -en su tragedia- parece no sentirse merecedora de vivir.

Una obra maestra, cruel como pocas, y brillante como pocas también.


lunes, 13 de agosto de 2012

Poulet aux prunes - o a qué huelen las nubes-

Jay Weissberg de Variety decía que el mismo acertado equilibrio entre seriedad y humor que hizo de 'Persepolis' un éxito, funciona igual de bien en 'Chicken With Plums'. Así que, como Persépolis me había encantado, no podía dejar pasar la oportunidad de ver esta película, que seguramente no durara mucho en cartelera. Arrastré a un par de amigas al cine y me dispuse a disfrutar de dos horas de cine con charme -y aire acondicionado- . Cuándo terminó la peli solo tenía una pregunta para Jay de Variety:

Excuse me, What?????.


El segundo largometraje de Marjane Satrapi y Vincent Paronnaud narra la historia de un violinista prodiogioso de Teherán (Mathieu Amalric) que, deprimido tras una pelea conyugal en la que su mujer (María de Medeiros) rompe su instrumento -el violín, por favor-, decide dejarse morir preso de una depresión. La película parece querer contar, a modo de cuento, las verdaderas razones -supuestamente- profundas por las que Nasser Alí decide su propia muerte.

Pues bien, no se ni por donde empezar. La estructura del guión es extremadamente torpe, un desorden de relleno continuo.Hay algunos momentos de iluminación-como las historias de los hijos de la pareja, que podrían ser dos cortos de esos resultones que les pasas a tus amigos por la mañana, mientras deberías estar trabajando - pero totalmente aislados, fuera incluso de la trama principal. En los últimos quince minutos de la película se concentra la supuesta gran verdad de este cuento.

SPOILER

La ´"profunda" verdad que oculta el intento de suicidio del protagonista  es, obviamente, una fallida historia de amor - casi tan fallida como la película- . En esta trama yo no veo nada. Como dice Bollero -a veces soy bollerista a veces no- ni frío ni calor. Parece que Nasser Alí e Irán se conocieron a los veintitantos y durante algunos meses, les gustaba ir al cine juntos y darse besos en una colina con el cielo rosa... Y está claro -viva la sutileza- que eso es el "gran amor" que pervive para siempre. Palabra de la Super Pop.

No hay nada que muestre una pasión especial entre los protagonistas -un amor de esos que matan que diría Sabina- que no sean los típicos planos de "miro al mar y pienso en ella" -qué original- o "miro imágenes de París y pienso en él". Ni siquiera hay una conversación digna entre ambos. Además, es cansino como el personaje de Nasser Alí  - víctima del peterpanismo emocional más absurdo-, culpa al mundo una y otra vez -encore, encore, encore- de sus problemas y decisiones vitales.

Muchos personajes estereotípicos de los cuentos están metidos con calzador en la historia, como el "pícaro vendedor de violines" o la "madre adelantada a su tiempo" del protagonista (Isabella Rosellini), una vez más a la búsqueda del "cuento delicado".

La -excelente- fotografía, se desluce al utilizarse como otro instrumento aislado de convertir esta película en una mezcla equilibrada entre Amelie y Persépolis, con toques de Delicatessen... por decir algunos referentes obvios. Al final tanto plano pastel, tantos trocitos de nubes cayendo a modo de pequeños y frágiles copitos de nieve, y tantos zapatos vintage maravillosamente encuadrados no solucionan nada.



Vale que es Marjane Satrapi, vale que se la jugó y fue muy valiente con Persépolis y vale que el cine iraní -sí, es francesa, pero es Marjane- siempre tiene que "molarnos" dentro de lo políticamente correcto...Pero yo esta película no me la creo. Ni chicha ni limoná.


viernes, 10 de agosto de 2012

The Dark Knight Rises -o cómo comerme mis palabras con patatas-

No soy seguidorá de Batman y reconozco que solo fui al cine para acompañar a una amiga -Una de esas amigas que si te piden que vayas a ver Batman pues vas a ver Batman y punto-. No es que no me gusten los cómic -que me encantan-, es que siempre le he tenido manía a Bruce Wayne. Será porque en mi adolescencia tocaban las pelis de Batman teenagers dirigidas por Joel Schumacher y, ya con 12 años, me parecían un tostón sin pies ni cabeza. Será porque cuando me hice mayor, la idea de que un señor se disfrazara de muerciélago -capa incluida-, tuviera una batcueva en el sótano de casa - batcueva?? WTF??-  y se creyera en potestad de ejercer obsesivamente la justicia por libre, me parecían claros indicios de perturbación mental. Ya para la época de Burton, mi interés por Batman se reducía a mi absoluto desinterés por Batman.

Pues bien, esto es otra cosa. Nada que ver. No es una peli de superhéroes al uso -ni al desuso-.  Al final, Nolan es Nolan. The Dark Knight Rises es una teoría sobre filosofía, la de un individuo y la de una sociedad, una película sobre el terrorismo y una descripción de los comportamientos de la población en situaciones de anarquía, en un golpe de estado en un universo oscuro.



El Bruce Wayne de Chrisitan Bale es fascinante en sus propias debilidades, en su versión de Batman y en su versión de millonario excéntrico. Cuando no hay nada que perder los hombres pierden el miedo a la muerte. Y cuando los hombres le pierden el miedo a la muerte, la vida se para. No hay razones para afeitarse cada mañana ni para dar ese salto que le sacará de las prisión más oscura del mundo. Interesante metáfora la de saltar sin cuerda.

Todos los personajes están bien construidos. Algunos de una forma un poco inocente, propia del mainstream, pero verosimiles y acertados para esta propuesta, como la Catwoman redimida a base de confianza de Anne Hathaway. Espectacular ella en su actuación de ladrona sin escrúpulos.

El personaje de Bane, Tom Hardy, con esa voz característica que pone los pelos de punta, encarna perfectamente la maldad del super villano que, al igual que Batman,  tampoco cree en nada ni encuentra sentido a nada, aunque él elige la venganza como respuesta. ÉL es la a Liga de las sombras, el terrorismo de estado, con la pretensión añadida de llevar a las personas a límites - similares a los de un campo de concentración cualquiera- con un final para ellos escrito de antemano. Sus discrusos, apoyados en consignas demagogas que se alimentan de las medias verdades populistas del último siglo, son quizá más flojos de lo que podrían ser. De nuevo otra consecuencia del efecto taquillazo, pero también perdonable en este conjunto estupendo.


Las actuaciones del elenco de actores son soberbias, no era para menos con Gary Oldman, Morgan Freeman, Michael Caine o Joseph Gordon-Levitt. Sin duda, Marion Cotillard es la que peor parada sale a este nivel.

A veces se echa de menos algún golpe de efecto más, en la línea del tipo de terrorismo que la cinta plantea, como en el estadio, que al final se queda un poco light para la tensión que consigue la escena. La parte final de la cinta, con Wayne de vuelta en la ciudad, es magnífica. La tensión de la guerra en las calles de Gotham conduce a un climax con final con giro incluido propio del mejor cine, en vesión blockbuster



Una cinta comercial para un abanico de público infinito, pero dirigida por Nolan, lo que lleva inherente un "ir mucho más allá" de los convencionalismos de este tipo de cine, en estructura, en la profundidad de los temas y personajes y en la oscuridad de ese universo corrupto que siempre ha sido Gotham.

Voy a ver The Dark Knight para escribir con más conocimiento de causa (si, ahora me doy cuenta de que tenía que haberla visto ya). ¡Peliculón para estos calores veraniegos!


miércoles, 8 de agosto de 2012

Moonrise kingdom: Un -poderoso- cuento vintage

Llevo semanas queriendo escribir algo sobre esta película, pero me cuesta sintetizar toda una estética maravillosa, toda la luminosidad y todo el trasfondo de este cuento vintage de Wes Anderson en unas pocas líneas.



Esta película me deja con sensación de Síndrome de Esthendal -perdón por el comentario pedante-, no solo por sus poderosas imágenes, donde los colores del mar funden a la perfección con el vestido retro naranja de una niña que huye -con su gato y zapatos de domingo- para encontrase con su -impopular- amor. Tampoco por las impresionantes actuaciones de todo el elenco -Edward Norton, Bruce Willis, Tilda Swinton Frances McDormand, Harvey Keitel...-. Ni siquiera por la mirada desafiante de Kara Hayward disfrazada de cuervo... Moonrise Kingdom es mucho más. Quizá, entre otras cosas, sea una comparativa entre el idealismo adolescente -o pre-teen, más bien- y el desencanto de los adultos respecto al amor. Una metáfora en la que los niños son adultos y los adultos son hipócritas.



Dos almas torturadas de doce años -si, con doce años hay gente que ya sabe lo que es ser un poeta maldito- dan una lección de valor y de honestidad a un montón de adultos asustados y acomodados en el disimulo. Una historia donde unos boy scout se niegan a permitir una injusticia, mucho antes de que cualquier mayor de edad tome conciencia de que los convencionalismos y lo politicamente correcto, generalmente no sirven para nada. Un cuento en el que una tormenta salva de sus miedos a un hombre entregado a su trabajo de jefe boy scout y convence a un policía taciturno de que ha llegado el momento de cambiar su vida.



El nombre de la región donde viven todos estos personajes, Summer' s End, evoca nostalgia -ese tipo de nostalgia a la que nos apegamos los adultos, del final de aquel verano -. El nombre de la región que  los dos protagonistas construyen con tan solo una tienda de campaña, un tocadiscos portatil, algunos libros y un gato -con sus respectivas veinte latas de comida de gato-, Moonrise Kingdom, significa el futuro, el "amanecer"-de la luna que no del sol- para dos freaks enamorados, rebeldes con causa.

Fascinante Anderson.


lunes, 6 de agosto de 2012

Mientras duermes (o quién tiene llaves de mi casa)

Una persona incapaz de ser feliz, que disfruta provocando el sufrimiento ajeno. Un sociópata que juega a manipular – hasta un extremo enfermizo- la vida de los demás sin ser visto. Un  hombre aparentemente amable, taciturno quizá, que dispone de información privilegiada - y de ningún escrúpulo – y cuyo único móvil de actuación escapa a la razón, y por tanto a la sospecha. Este hombre tiene una llave de tu casa.

Con este argumento, Jaume Balagueró estrenaba en 2011 Mientras duermes, una película terror psicológico, en la línea del Polanski de Le locataire o Rosemary's Baby. Se trata de una narración sólida, basada en un argumento en el que la angustia crece a la par que la sociopatía del personaje, sin golpes de efecto.


César (Luis Tosar) es el portero de un edificio en Barcelona. Le apasiona su trabajo ya que le permite conocer de primera mano la vida personal, las debilidades y las fortalezas, de cada uno de los vecinos. La felicidad le perturba y la llegada al 5º B de Clara (Marta Etura), una chica alegre y optimista –quizá este optimismo exagerado de Clara es lo más inverosímil de la cinta- le produce una obsesión que le hace traspasar sus propios umbrales de sadismo y estar a punto de ser descubierto.

El espectador ve la película con los pensamientos de Cesar como hilo conductor y a través de sus ojos, recurso que facilita la verosimilitud de la lógica del  pensamiento ilógico de este personaje. La cinta consigue crear una atmósfera de angustia e inquietud en crescendo, gracias a un buen guión y a unas actuaciones estupendas de todos los actores, especialmente de Tosar, que sustenta todo el peso de la película.


En resumen: cine de género del bueno. Una cinta que se hace corta a pesar de la atmósfera pesada que genera a su alrededor un personaje de estas características y una interesante teoría sobre la perversión y su sutileza. La película deja al espectador en un estado de agitación, casi inconsciente al principio, pero  que minutos después le hace mirar debajo de la cama... ¡Qué miedo!


viernes, 1 de junio de 2012

Zhao Liang: Activismo Audiovisual (extracto de entrevista para Caimán Cuadernos de Cine, número de junio)

El festival  Documenta Madrid homenajea este año a Zhao Liang, uno de los directores de cine documental más reconocidos de la escena contemporánea china. Tras su participación en los principales festivales del mundo como Cannes o Berlín, Liang  mantiene su espíritu guerrero en busca de una mejora social.



Los principales autores del  nuevo documental chino se caracterizan por su  multidisciplinaridad. Parece como si esta nueva tendencia no pudiera desligarse de otras concepciones del arte: fotografía, documental, video arte, instalaciones…¿Podríamos decir que el cine chino independiente es un abanderado del expanded cinema y sus tendencias?

En el cine chino contemporáneo más extendido se mantiene todavía en un formato de ficción tradicional. Muchas producciones actuales imitan a Hollywood y son un entretenimiento sin mayores expectativas. Sin embargo, en los últimos años está surgiendo un nuevo modelo de cine chino independiente, producciones pequeñas, que añaden  elementos contemporáneos y aprovechan otro tipo de recursos y vínculos con otras artes. En este reducto del cine chino si encontramos una visión más abierta y crítica. Son producciones de resultados de taquilla muy limitados.

Piensa que en China en un año pueden producirse unas 300 películas dentro del sistema. El cine independiente viene de una expresión totalmente personal y no se proyecta en salas de exhibición convencionales, sino en museos, librerías, bares…
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DocumentaMadrid: La realidad supera la ficción(extracto de mi artículo para Caimán Cuadernos de Cine, número de junio)

DocumentaMadrid: La realidad supera la ficción

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Dentro de un palmarés más que recomendable, destacaba por su originalidad en la narración, guión y recursos, la propuesta de Sergio Oksman, que conseguía el Primer Premio en Cortometraje en Sección Internacional. Esta historia comienza con el hallazgo de las fotografías de la familia Modlin en un cubo de basura de la calle Pez, en pleno centro de Madrid. Así se inician tres años de investigación y un sobresaliente trabajo de guión a cargo de Carlos Muguiro, Emilio Tomé y el propio Oksman, que reconstruyen la vida de esta familia americana que termina estableciéndose en el corazón de Malasaña.

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lunes, 30 de abril de 2012

De profundis: Poesía submarina

Un pintor vive en una diminuta isla en medio del mar y sueña con ser marinero. En sus cuadros retrata inquietantes peces de colores, perturbadoras sirenas de pelo rojo o medusas luminosas de espectros violáceos. Sueña y pinta el mar, mientras su mujer le espera tocando el violonchelo, en esa casa en medio de la inmensidad.


Miguelantxo Prado se atreve con el cine y sus acuarelas cobran movimiento y sonido. Es una historia sin diálogo, en la que la música y las imágenes hablan por si solas, cine de animación para adultos con trazos de videoarte, plagada de guiños a los grandes de la pintura surrealista o metafísica, como René Magritte.


La belleza de esta cinta conmueve y perturba a partes iguales al espectador, en este cuento donde la sirena soñada y el pintor soñador pasean de la mano por las profundidades del mar de las costas gallegas. Así, en este universo peculiar, el fondo del océano se convierte en un inesperado cielo de estrellas de mar de todos los colores, y en el que las mantas rayas son mariposas que no nadan, sino vuelan con elegancia surcando el océano. Una película narrada con un ritmo especial que mantiene una cadencia hipnótica durante toda la cinta.
La tranquiilidad alarmante del océano,  la pertenencia a uno u otro lugar, la vida, el amor y la muerte se entremezclan entre notas de música de la Orquesta Sinfónica de Galicia y nos traen esta pequeña joya con tintes surrealistas y oníricos acerca de las profundidasdes del mar... y del ser humano.

jueves, 19 de abril de 2012

Una mirada al futuro de los festivales de cine

Hoy he tenido la oportunidad de asistir al encuentro sobre el futuro de los festivales de cine que organizaba la Fundación MAPFRE. En estas jornadas se daba cita todo el sector de la cinematografía y distintos profesionales de la programación, la difusión y la financiación de festivales exponían sus opiniones y su mirada crítica sobre el devenir los mismos. Desde José Luis Rebordinos, director del Festival de Cine de San Sebastián, el único A en España, o José Luis Cienfuegos, Director del Festival de cine de Gijón hasta 2011, hasta otras propuestas novedosas como Fimin o TCM Autor y sus respectivos directores. Unas jornadas necesarias y enriquecedoras en esta profesión que debe adaptarse a nuevas circunstancias y seguir adelante. ¿Renovarse o morir?


Perspectivas ante la Globalización: Una visión desde América Latina

La primera mesa estuvo moderada por Marina Díaz, Técnico de Cine del Instituto Cervantes. Como ponentes asistían Sergio Becerra (Ex director de la Cinemateca Distrital de Bogotá), Manuel Ferrari (Coordinador de 4+1 en MALBA), Iván Giroud (Ex Director del Festival de Cine de La Habana) y Bertha Quintero (Directora IDARTES) . En esta charla se abogaba por la necesidad de que cada festival tuviera una razón de ser y criterio de programación diferenciales. Internet se planteaba como parte del futuro de este tipo de certámenes, a través de los cuales se dan a conocer propuestas muy determinadas a las que dificilmente podríamos tener acceso sin la red.

Ante la posible homegenización de cinematografías en este entorno globalizado, Manuel Ferrari opinaba que cuanto más local es una película más internacional es una película. Una paradoja muy real, en la que crítica y público valoran el acercamiento a cinematografías o culturas diferentes como uno de los principales atractivos de estos certámenes. A la hora de acotar cómo un seleccionador extranjero puede reconocer una película local, se hablaba a menudo de criterios un tanto estereotipados e incluso postcolonialistas a la hora de seleccionar o juzgar el concepto local latinoamericano en Europa.

                                                 Fotogramas de películas de Carlos Reygadas para 3 Miradas

Dentro del cine latinoamericano existe un nicho en comunicación y coordinación de sus distintas variantes. La tendencia ha evolucionado de bloque político a proyectos extremadamente individuales, con propuestas tan diferentes como las de  Lucrecia Martel, con más similitudes con el cine asiático que con el hispanoamericano clásico, o las  propuestas íntimistas de Carlos Reygadas. Este nuevo modelo de cine se mueve a dos velocidades: la de los circuitos europeos, a través de los festivales (interesante la relación Festival de Berlín- Cine Mexicano) y las obras que se mueven a nivel local. Todos los presentes coincidían en la necesidad de formación en cine a niños y jóvenes, así como en el requisito de identidad propia de cada festival.

Perspectivas del cine frente a la crisis

En esta mesa se sentaban Susana de la Sierra, Directora del ICAAJosé Luis Rebordinos, Director del Festival de Cine de San Sebastián; Josetxo Cerdán, Director del Festival de Documental Punto de Vista; y  José Luis Cienfuegos, Director del Festival de cine de Gijón de 1995 a 2011. La mesa estaba moderada por Rocío García, periodista especializada en cine del diario El País. La ponencia comenzaba con la reflexión sobre cómo acercar el cine producido en España al público. Una vez más, prima la necesidad de la educación de los públicos en la cultura audiovisual, así como un incremento de la promoción y publicidad de nuestro cine frente a las campañas de las majors.

Inevitablemente entraba en debate el tema de los recortes actuales al ICAA, la Ley de Cine de 2.007 y la diferencia entre las ayudas de mecenazgo y los incentivos fiscales. El otro tema estrella fue sin duda la burbuja de festivales, mencionada ya anteriormente, que se produjo en el inicio de la primera década de nuestro siglo. Este curioso fenómeno que comenzó en 2.001 se produjo a raíz de que numerosos ayuntamientos se apuntaran a la moda de tener su propio festival con alfombra roja. Así, festivales sin identidad propia ni definida, contaban con grandes presupuestos y sin ningún aval, y poco poco fueron desapareciendo. La subasta económica de los títulos pervierte la lógica del mercado y sus tendecias. Hechos como este han desvirtuado el concepto festival en nuestro país y, de nuevo, la educación en la cultura del cine y el audiovisual se convierte en imprescindible.


Un festival es en sí mismo una pequeña empresa. Si los festivales acreditados reciben una media de un 52% de la financiación de organismos públicos, el 48% restante se consigue a través de patrocinadores privados. Una de las misiones principales de un festival es, por tanto, encontrar sponsors y patrocinadores. Los festivales y sus premios, adquieren también una dimensión empresarial como productores, distribuidores y exhibidores, un papel impulsor del cine que genera una potenciación de las redes transnacionales y que generan a su alrededor un mercado en el que es imposible obviar la responsabilidad industrial.

Sobre la dimensión y la concepción del festival, había opiniones encontradas. José Luis Cienfuegos argumentaba que un festival sin alfombra roja es un cineclub con medios, por el prestigio y ruido mediático que actores y directores aportan, y otros abogaban por una especialización en la temática dirigida a difusión y especialización de crítica, público y mercado.

El público de un festival en la era digital

En esta mesa, moderada por Carlos Reviriego, Programador del Festival 4+1, participaron Domingo Corral (Director de TCM Autor), Carlos Heredero (Director de Caimán Cuadernos de Cine) y Juan Carlos Tous (Socio Fundador de Filmin). En esta mesa se planteaba el efecto de la digitalización y las nuevas tecnologías en el cine y en los festivales.

Propuestas como Filmin y TCM Autor, dan cobertura a festivales a los que de otra forma podría resultar casi imposible el acceso para gran parte del público. Estas plataformas, actuarían como un complemento a los festivales de cine tradicionales, que mantienen el caracter imprescindible de evento.


Se planteaba también la problemática de la medición de audiencias y visionados ene stos nuevos medios. My French Film Festival, iniciativa de Filmin, habría contabilizado 1.300.000 espectadores, es decir, de visionados. Ante una cifra tan alta, Tous explicaba que los festivales online duran un periodo mucho más largo de tiempo que un festival tradicional. Si la media de duración de estos es de una semana, un formato como My French Film Festival dura en torno a un mes. Según la Ley del Cine de 2007, cada visionado es visto por 2 personas, lo que supondría un total de 2.600.000 espectadores, teniendo en cuenta que cada uno de estos clicks corresponde solo a una película y no al programa total del festival.

Este tipo de certámenes son imprescindibles en cuanto a que, excepto en Madrid y Barcelona, las salas de exhibición e incluso videoclubs, no recogen la totalidad del mercado sino su parte más comercial. Como ejemplo, una persona que vive en Soria, podría no encontrar ninguna sala en la que proyectaran Melaconlía de Lars Von Trier, cuando la película ganaba el Premio a la Mejor Cinematografía Europea, a pesar de ser información presente no solo en medios especializados, sino también en cualquier informativo o periódico generalista.

En conclusión...

No puede negarse a día de hoy que el único medio para acercar al cine al público es la educación audiovisual, preferiblemente desde la infancia. Aprender a entender y a querer al cine, no solo como emtretenimiento, sino también en una dimensión artística y de expresión, requiere una enseñanza y una cultura audiovisual.

En esta línea, es interesante también, basándonos en este argumento, el concepto de nuevos públicos respecto a niños y adolescentes, a los que hay que dirigir propuestas concretas y pensadas para ellos. Destacan iniciativas como la del Festival de Cine de San Sebastián, con tarifas, instalaciones y programas dirigidas a niños, jóvenes, colegios e institutos.

Por otro lado, los festivales cumplen una misión dentro de la industria y el mercado de impulsores de la cinematografía, una dimensión imprescindible y que abre horizontes. Para conseguir estos esperados resultados, las líneas de identidad y por lo tanto de programación de cada certamen deben estar claramente definidas y diferenciadas, y respetarse entre los distintos certámenes.

Es innegable que el mercado del cine debe renovarse y adaptarse a la era de la digitalización, lo cual no excluye todo lo vivido anteriormente, sino más bien la búsqueda de complementos actualizados, como los festivales online, que completan a los tradicionales, con aforo ilimitado y disponibilidad geográfica global, sin restar su valor al caracter de evento y encuentro de la industria de los tradicionales.

                                                    7 Cajas ganaba el Premio Cine en Construcción en el Festival de Cine de San Sebastián

miércoles, 11 de abril de 2012

Grupo 7: Un thriller sobresaliente con acento sevillano

No voy a negarlo: Alberto Rodríguez es uno de mis directores favoritos del panorama patrio actual. No soy objetiva, no puedo evitarlo. He ido al cine con las expectativas muy altas porque, si El Traje o 7 Vírgenes eran más que interesantes, After deslumbraba. Con esta película, que pasó injustamente desapercibida por las salas en medio de la temporada alta, frente a megacampañas de marketing de majors varias, Rodríguez dejaba claro que se desmarcaba. Se desmarcaba de todos los estereotipos -injustos también en la generalización- del cine español, de las tendencias más clásicas y de cualquier pretensión a medio camino. En After, el guión, la estructura narrativa, el lenguaje de la cámara, esa atmósfera envolvente y las actuaciones de los tres protagonistas, conformaban una película excepcional, repleta de referencias brillantes, con unos personajes complejos y verosímiles en medio de un drama generacional sobre la madurez y las expectativas en la vida. Cuando vi After por primera vez - aún lo recuerdo, haciendo el listado de diálogos con esas vistas estupendas a la Gran Vía- me metí tanto en la película, con esos tres personajes frustrados con una supuesta felicidad enlatada, que tuve que darle al pause y bajar a coger un poco de aire. Pues bien, Grupo 7 no se queda atrás.


Se trata de una película en una línea totalmente diferente, con mucha más acción y diálogo, y de una temática opuesta, el thriller. La película, que comienza en el año 87 en Sevilla, cuenta la historia de un grupo de 4 policías, el Grupo 7, que se encarga de limpiar las calles sevillanas de yonkis y camellos de cara a la Expo 92. El elenco lo encabezan Mario Casas, en el papel de Ángel y Antonio dela Torre, como Rafa. Joaquín Núñez, José Manuel Poga, Inma Cuesta y Julián Villagrán completan el repartoA lo largo de los 5 años que refleja la película, vemos la evolución de los componentes del grupo. Como Ángel, el novato con principios que cambian ante una realidad desoladora, o Rafa, ese policía de vuelta de todo y al que persigue el recuerdo de un hermano yonki que intenta enmendar de distintas maneras.

La película engancha desde el minuto cero, con un montaje que combina imágenes de archivo de la época, ambiente ochentero cañí y una historia muy ágil. Las secuencias de acción son estupendas, verosímiles, bien planificadas y sin excesos. Lo mejor de esta película es que, muy en la línea de Rodríguez, no juzga, solo muestra. Entre la policía y los traficantes no se plantea una diferenciación de buenos y malos. Todos juegan en la misma liga y todos buscan sacar el mayor partido posible a su posición. La trama se centra en los métodos que utilizaba el grupo, en el mirar hacia otro lado de la jerarquía policial,  en la evolución de la ciudad y, en la de los propios personajes. Las últimas secuencias de acción y el final trepidante, me dejaron apabullada en la butaca.


De nuevo se nota la mano de Rafael Cobos, con quien Rodríguez ya trabajó en 7 Vírgenes y After,  en un guión muy eficaz y si artificios. Los personajes cambian a medida que su fama - y sus egos - crecen y, en paralelo, la situación se recrudece en los ambientes más marginales. Destacaría también el trabajo de Alex Catalán, con una fotografía impecable de nuevo. Una película con la que Alberto Rodríguez vuelve a desmarcarse, antídoto infalible para los prejuiciosos de nuestro cine. Y no digo más, que se me escapan los spoilers! Para no perdérsela.

miércoles, 4 de abril de 2012

Dogville:Homo homini canis

Ayer me desmayé. No es broma. Llevo años con vértigos diagnósticados, pero hacía mucho que no tocaba el suelo. Será el cansancio, el exceso de vida social, los nervios de una nueva etapa laboral, el estrés...Pero hay un hecho innegable: me caí redonda inmediatamente después de ver Dogville. Muy sospechoso. Esto se merece un post.


De todos es sabido que el polémico Lars Von Trier, creador del cine dogma, tiene una rara habilidad para conseguir mostrarnos el lado más ruín e inmundo de la raza humana. Pocos directores lo consiguen. Puede que Haneke se le aproxime, Lauzon lo rozaba con Leolo, pero, ciertamente, es dificil explicar la inquietud y el espanto que el danés produce en el espectador. Todos somos Grace -Nicole Kidman- y todos somos Dogville. Es algo inherente a la condición humana y, por ende, algo aterrador.


Esta película, con una puesta en escena teatral brechtiana - que muestra una visión de distintas acciones en paralelo en un mismo momento y aleja al espectador de cualquier distracción de la trama- habla de límites. De los límites en la bondad. No hay personajes estrictamente buenos, por decirlo de algún modo. Algunos tienen los límites más holgados que otros, pero todos sin excepción -víctima incluida- tienen esa cara B, esa cara oscura, hipócrita y miserable que aparece, antes o después, en situaciones más o menos extremas.

Welcome to Dogville (Spoilers!)

La historia comienza con la llegada de una bella desconocida a Dogville, un pequeño pueblo de las montañas. Grace llega huyendo de unos peligrosos gangsters y se encuentra con Tom, el filósofo local. Tom se ofrece a ocultarla en Dogville y le propone al resto de la comunidad aceptar a Grace dentro del grupo y, con ello, dejar de pensar solo en si mismos y aprender a recibir. La película se divide en 9 capítulos o 9 actos si la consideramos una obra de teatro filmada. En asamblea, a Grace se le conceden 2 semanas de estancia, tras las que el pueblo votará su permanencia en Dogville. Durante este periodo, Grace se dedicará a intentar integrarse en la comunidad ayudando a sus habitantes en sus tareas. Como nadie "necesita" nada, Grace les propondrá hacer lo que ellos harían si tuvieran más tiempo. Transcurridas las 2 semanas, la comunidad la acepta unánimemente con los brazos abiertos.


Pasados unos meses, la policía llega a Dogville en busca de Grace. En paralelo, las ayudas de Grace se han convertido en obligaciones y, lo más importante, ella no es aún un miembro del grupo, ya que su situación, sus derechos y sus obligaciones siguen siendo decididas por el resto de los habitantes de Dogville, sin tener ella derecho a tomar partido alguno. Al sentirse en peligro por la presencia ilegal de Grace, la comunidad decide ponerle precio a ese supuesto riesgo, y aumenta las obligaciones de la protagonista a la vez que reduce progresivamente sus derechos, como compensación al riesgo mencionado.

La cara B

Dogville es el poder. La perversión que entraña en los hombres. La tiranía aplicable a cualquier grupo, organización o forma de gobierno. El poder total sobre el destino de alguien y la dependencia servil del que no tiene opción, esa especie de síndrome de Estocolmo. Hay almas esclavizadas que agradecen tanto los favores recibidos que se estrangulan con la cuerda de la gratitud, que dijo Nietzsche.


Tras la llegada de la policía y una nueva asamblea, Grace se convierte en una esclava de todos los habitantes de Dogville. Primero son el doble de tareas. Después el no recibir ningún pago por ellas. Y después comienza el infierno. Grace se ha convertido en la esclava oficial de la comunidad y víctima de todas las críticas. La comunidad alega dos argumentos principales: el agradecimiento sin límites que suponen debe tener Grace hacia ellos por haberla "salvado" y "aceptado" en su comunidad por una parte, y el ya mencionado peligro de acoger a una fugitiva escondida entre ellos por la otra. Estos dos argumentos son un cheque en blanco a su favor, que incluye todo tipo de vejaciones y torturas psicológicas.

Otro punto interesante de Dogville es la revisión de la doble moral cristiana. Dogville transcurre en EE.UU, como parte de una trilogía del danés, pero podría suceder en cualquier lugar de occidente. Principios como el respeto, el estoicismo o la compasión se diseccionan en cada uno de los habitantes de esta comunidad.

 La única opción de Grace es huir. Incluso con la policía y los gangters buscándola por todo el condado. Sin embargo y, a pesar del enorme riesgo que entraña su presencia en esta pequeña población, los habitantes de Dogville no la permiten escapar. Con su huida se acabaría el riesgo, pero también el beneficio al que no están dispuestos a renunciar.

Lo que no esperan es que cuando  Tom, el "enamorado" de Grace, quizá el más hipócrita de todos, el que mira para otro lado ante la injusticia patente, decide entregarla a su suerte, sea Dogville el que queda condenado. La víctima se convierte en verdugo, con la misma crueldad con la que ellos han actuado con ella. El ojo por ojo resumido en una de las frases finales: Al final de la calle hay un familia con niños. Que los maten primero y que la madre lo vea. Que los maten uno a uno y que le digan que pararán si puede controlar las lágrimas. Le debo eso.

Obra maestra. 10 de 10. Un examen del ser humano desde la psicología, la antropología y la sociología. Una revisión de la naturaleza humana que, años después y conociendo el desenlace, ha conseguido dejarme KO en el sentido literal del término.

 
*Imprescindible ver la segunda película de esta trilogía, Visiones de América: Manderlay. **Imprescindible en otra línea la última -y fascinante- obra de Trier, Melancolía.

lunes, 2 de abril de 2012

The ides of mach: ¿Qué hay de nuevo?

Parece ser que la palabra "Idu" es un término romano que hace referencia al día 15 del mes de marzo. Guárdate de los Idus de marzo fue lo que le dijo el profeta a Julio Cesar antes de ser asesinado a puñaladas víctima de una conspiración. Y de eso es de lo que trata esta cinta: de traición, de conspiración y de asesinatos a puñaladas...Aunque en los asesinatos políticos de hoy solo muera la reputación y las puñaladas sean metafóricas. Bienvenidos al mundo de la consultoría.


La película, dirigida por George Clooney, cuenta la historia de Stephen Meyers -Ryan Gosling- como número dos del equipo de prensa de Mike Morris -Clooney-, un prometedor candidato del Partido Demócrata en las primarias. A lo largo de la campaña en Ohio, el idealismo inicial de Gosling va trasformándose en cinismo, a la par que Clooney deja de ser el político de principios para ser el político ganador. El equipo de campaña está liderado por Philip Seymour Hoffman y en el reparto encontramos secundarios de lujo como Marisa TomeyPaul Giamatti o Evan Rachel Wood.

En la trasera de la política, donde los gobiernos no se conforman de ideologías, sino de estrategia de marketing, Gosling tendrá que lavar los trapos sucios de Clooney primero y enfrentarse a la realidad de su trabajo y su entorno inmediatamente después. Gosling se defiende de sus propios idus y transforma su idealismo en ambición en un jaque mate quizá demasiado evidente, en el que sus enemigos se quedan tan atrás como su propia ética.


La película es correcta, sin más. No cuenta nada que no sepamos. Bajo mi punto de vista, la cinta peca de una excesiva solemnidad e inexpresión de guión e interpretaciones. Gosling está, en su línea, demasiado frío e inexpresivo, igual que en este caso Clooney y Wood, y son los secundarios como  Hoffman, Giamatti y Tomey los que le dan temperatura a la historia.

Interesante ver, una vez más, a jefes de prensa, consultores y medios, fabricando políticos y principios empaquetados en serie y listos para consumir.

sábado, 31 de marzo de 2012

Mirando a Miranda

Una noche, mi vecino me dijo que le recordaba a Miranda July. Hasta ese momento no había reparado en la existencia de esta directora, guionista y protagonista de sus películas con la que, por lo visto, tenía varias cosas en común: desde una mirada particular al día a día hasta el corte de pelo. Me aseguró que su filmografía era muy interesante, y me recomendó Me and you and everyone we know, una película de la que sí había oído hablar - sin haber reparado en la figura de July- y que ya me había llamado la atención. Movida por la curiosidad de investigar a esta doble cinematográfica mía, no tardé ni una semana en ver esta película, que explora la rareza en lo cotidiano  y, precisamente, la imagen que cada uno tenemos de nosotros mismos y las mil versiones diferentes de nosotros que proyectamos en los demás.


Se trata de una cinta muy Sundance - fue Premio Especial del Jurado en 2.005-, con tintes experimentales, original e intimista. La película nos cuenta varias historias, conectadas con una historia principal, la de Christine Jesperson (Miranda July), una artista que trabaja como conductora de taxis para gente de la tercera edad, y Richard Swersey (John Hawkes), un vendedor de zapatos atrapado en un momento vital angustioso. Christine hace arte inventando realidades escondidas detrás de fotografías cotidianas que consiguen universos extraordinarios y personales. Toda la película es como el arte de Christine, historias habituales vistas desde fuera y desde dentro, personajes ordinarios que esconden grandes sentimientos o poéticas historias en su aparente rutina. Lo que somos y lo que queremos ser. Como somos vistos. Como quieren vernos. Lo especiales que somos para otras personas cuando ni siquiera lo somos para nosotros mismos.


Alrededor de esta historia de búsqueda del amor a primera vista, hay otras historias satélites y excepcionales. Los hijos de Richard, Bobby de 7 años que, sin ser consciente, mantiene cibersexo con una mujer adulta a través de un chat y Peter, de 14 años, que comienza a explorar su sexualidad con unas vecinas adolescentes, mientras se enamora de una niña que prepara, desde hace años y en secreto, su ajuar de bodas, para ser una perfecta esposa y madre americana. Dos adolescentes que compiten para ver quien es mejor haciendo felaciones, un hombre adulto que les sigue el rollo sin ninguna intención más allá de ponerlas en un aprieto, una galerista solitaria con problemas para crear su propia obra que chatea aparentemente con un hombre obsceno y peces de colores olvidados en el techo de un coche, en sus últimos momentos de vida. Un catálogo de personajes corrientes con poesía en sus vidas corrientes.


La película es honesta, sin ínfulas de intensidad. Incluso en los momentos más trascendentes no encontramos pedantería, solo la vida vista con una mirada curiosa, con un buen equilibrio entre comedia minimalista y drama indie en la cuerda de Todd Solondz. Un universo de pegatinas de colores, de risas, de lágrimas, de actos de dolor, de angustia ante la vida, de esperanza, de amor, de diversión, de ternura...al que se llega taconeando tres veces con los zapatos rosas de Miranda. Una mirada delicada a la cotidiandad a través de esos bonitos ojos azules.

jueves, 29 de marzo de 2012

The Sopranos: 10 segundos en negro y una secuencia maestra

No todos los días uno se acuesta con la sensación de haber visto una obra maestra. Es una sensación extraña: analizas el todo, analizas las partes, y analizas los nexos. No puedes dormir. No todos los días uno siente el vacío que deja la pérdida de esos personajes con los que te encuentras cada día y a los que quieres, odias, admiras y desprecias al mismo tiempo. Ya son las 3 de la madrugada y sigues despierto dándole vueltas. Y no todos los días uno siente esa infinita nostalgia que te invade cuando conoces el desenlace de una historia brillante, que te ha acompañado durante 86 capítulos y unas 70 horas. El insomnio hoy ya es patente. Señoras y señores, Tony Soprano me ha dejado.

Si, voy con retraso. Es obvio. Siempre he sido una serial lover, pero en 1999 aún estaba en el instituto y tuve la enorme suerte de no tener Canal+. Y digo suerte por haber podido disfrutar de esta obra maestra de la ficción con unos años más, muchas series de renombre vistas a mis espaldas y, sobre todo, en versión original. Esta historia de la mafia, de la familia -en todos sus sentidos- y catálogo de la psicología humana in extremis, se ha convertido para mí en obra de referencia...Tanto que este blog, que tanto tiempo llevaba barruntando, comienza hoy, y en estado de shock -fucking shock que diría el propio Tony-, tras ver el final más brillante que he visto en una serie de televisión e incluso del top five si lo catalogara como película, condensado en 2 minutos de climax de una secuencia redonda.


Anthony Soprano, Tony o T, estaba condenado a morir de éxito desde sus principios. Este personaje, hijo de un capo de la mafia de Jersey era, efectivamente, the chosen one: un tipo carismático, duro como nadie e irremediablemente atractivo a pesar de no quitarse el albornoz durante días y lucir a la par una enorme barriga y una incipiente alopecia. Eso es actitud o quizá, simplemente, esa blue moon in his eyes. Pero Tony es mucho más. Es una tesis de psicología andante, un número ocho del eneagrama en sus estados más sanos y deplorables, un hijo digno hijo de Livia Soprano y su personalidad límite.

Tony puede ser  tan terriblemente cruel, violento, ruín, hipócrita o avaro como un gran padre de familia, hombre de honor o mejor amigo...¿o quizás no? Tony es un sentimental, pero no un hombre sensible. ¿Por qué nos cae bien Tony? ¿Por qué llegamos a empatizar con un personaje capaz de cometer crimenes atroces sin despeinarse? ¿Por qué adoramos a Tony Soprano? Adoramos a Tony porque es un tramposo. Tramposo en la ficción y tramposo con sus espectadores. Chase y compañía juegan con la pincelada sentimental en la psicopatía con una precisión milimétrica y juegan con este "engaño narrativo" hasta el final, donde los supuestos principios del protagonista se tambalean en paralelo a su carrera como Don. Personalmente, no puedo evitar que me recuerde al esquema que Dostoievski construyó en Raskolnikov, el mismo juego de sentimentalismo y seguramente de la consideración de "hombre extraordinario" que este personaje tiene de si mismo.

A su alrededor giran otros personajes brillantes, concisos y complejos como pocos, con mención especial a Carmela Soprano, como colosal esposa del jefe. Una mujer capaz de ser hipócrita hasta límites insospechados y de manejar sus culpas y miedos más profundos en función de sus intereses, con la misma firmeza con la que Tony aprieta un gatillo...Y ella tampoco se despeina. La doctora Melfie, Chris, Adriana, Sil, Paulie, Meadow, AJ, Janice, Junior, Livia... Necesitaría un post para cada uno.


En las seis temporadas de esta "familia" podemos ver el esquema clásico de ascensión, climax y descenso de todas las historias de la mafia: desde The Godfather II a Goodfellas, por citar dos clásicos de la mafia italiana, pasando por la historia de otro Tony a lo cubano y con la cara cortada, Tony Montana. Y todos sabemos que después del world is yours solo queda el descenso al vacío. Tras una guerra entre familias, muchas bajas en el camino y 7 años de terapia Tony está atrapado en "mantener". Mantener su posición de Boss en su familia, mantener el status de esta con las  familias de Nueva York, mantener su nivel de vida y mantener su doble moral -con consecuencias ya tangibles en sus seres más queridos-. Tras los estragos de la desconfianza y la paranoia todo parece mantenerse -de nuevo- en una calma tensa en los capítulos finales. Pero cada día ya no le parece un regalo, ya no es suficiente.

10 segundos delirantes: el desenlace - CONTIENE SPOILERS

Tony no me ha dejado, Tony ha muerto. Hay quien encuentra en la secuencia final un watch your back permanente en la vida del capo. Creo que esta conclusión viene fundada más por el amor al personaje, por la incapacidad para aceptar la crónica de una muerte anunciada desde el minuto cero de la serie, que por lo que el lenguaje visual narra.

Esta secuencia comienza con un Tony tranquilo que ha quedado para cenar con su familia en un típico restaurante de Jersey. Se sienta en el centro del restaurante, conformando un plano general de la mesa con varios cuadros de fondo y algunas mesas con gente delante de él. Se acerca al junkebox y comienza la apoteosis final.  Selecciona Dont stop believing.

Aquí la cámara cuenta más que la acción en sí misma, ya que juega con una estructura narrativa interesante: combina la visión del espectador con el punto de vista del propio Tony. El esquema es el siguiente: Tony está sentado frente a la puerta principal y cada vez que la puerta se abre suena una campana. Cada vez que alguien entra al local se repite la secuencia de cámara que nos muestra quien entra desde los ojos del capo y el posterior plano de la reacción o el gesto de Tony tras abrirse la
puerta.

La primera en llegar es Carmela. Suena la campana, se repite la secuencia de punto de vista de Tony- reacción de Tony. Charlan. La cámara nos muestra otras acciones paralelas que acontecen en el restaurante: una pareja acaramelada, un grupo de scouts...Nada parece sospechoso. AJ es el siguiente en llegar, precedido de un hombre que casi nos tapa al personaje que suponemos otro de los protagonistas de la secuencia. El tipo que entra delante de él aparece en los créditos como Members Only With Jacket y no tapa a AJ por casualidad sino porque quizás es el quien va a ser el protagonista sutil de este final. Vuelve a repetirse el esquema de mirada de Tony a la puerta al oir la campana - gesto de Tony. El desconocido se ha sentado en el barra, cerca de Los Soprano y segundos después otro plano nos muestra como observa a Tony. Tony no le ve a él. No estamos viendo el punto de vista de nuestro protagonista en ese momento, es el espectador quien dispone de toda la información de la escena. Tony está relajado en la mesa. En paralelo nos muestran la secuencia de Meadow intentando aparcar.

Members Only With Jacket se levanta de la mesa y se dirige directamente hacia Tony. Ahí es cuando el Jefe repara en su presencia y le observa por unos segundos, hasta que este personaje gira en dirección al baño (se ha repetido hasta la extenuación, pero no puedo obviar la referencia a The Godfather de nuevo). La música optimista y alta se contrapone a un punto álgido inminenete que mantiene al espectador en una tensión absoluta, mientras ellos comparten unos aros de cebolla. Meadow por fin ha conseguido aparcar y se dispone a entrar. El esquema se repite...pero no hasta el final. La puerta se abre, suena la campana, vemos la puerta desde la mirada de Tony...Pero esta vez no vemos su reacción a la entrada de su hija, sino un abrupto fundido a negro que dura 10 segundos. Probablemente no oigas nada cuando pase, le dijo Bobby Baccalieri en la escena del lago, hablando sobre la muerte. No vemos su reacción porque no la hay ya que, obviamente, Members Only With Jacket ha disparado a Tony a su salida del baño y Anthony Soprano ha muerto.  Es el espectador quien siente la muerte como Tony, la identificación máxima con algo tan sencillo con un sorprendente fundido a negro. La oscuridad, el fin, la nada. Magistral.

Solo para freaks

Son muchas las curiosidades y referencias que diversos seguidores de la serie en todo el mundo han querido encontrar en la secuencia: la reiteración del número tres a lo largo de la escena, las imágenes de los cuadros en las que Chris estaría representado por el tigre y sus dos manos derechas, Sil y Bobby por los jugadores de rugby...E incluso las canciones del jukebox: Turn, turn, turn, Only the strong survive y I'm alive, que obviamente también rememoran parte de la historia e indican un próximo final. Tras ver el capítulo final varias veces, repetir esta secuencia hasta la extenuación y recordar la serie junto con los miles de fans que escribieron acerca de estos 86 capítulos, no me cabe duda del vacío que deja en el espectador terminar una obra maestra como esta. Tampoco me queda duda ni esperaza alguna sobre que Tony ha muerto de éxito, como anunciaba al principio, asesinado por este misterioso personaje, quizá familiar de Phil Leotardo. La única pregunta que me queda es si hay vida después de Los Soprano o Its all a big nothing... Al menos en lo que a ficción televisiva se refiere. Grande.